La congregación de las Religiosas Oblatas de los Corazones Santísimos de Jesús y María, fue fundada en la ciudad de Cuenca en una pequeña casa ubicada en la parte superior del rió Tomebamba (donada por la Sra. Doña Jacinta Segarra), el 8 de Abril de 1892, por el insigne Padre Oblato José Julio Matovelle y las señoritas Amalia y Virginia Uriguen, Rosaura Toro, Josefa y Micaela Iñiguez y las sirvientas Cruz Pavaña y Mercedes Barrezueta.
Dicha fundación la efectúo con pleno acuerdo y consejo de los Reverendísimos Prelados Dr. Dn. Benigno Palacios Correa, Administrador Apostólico de la Diócesis, en ese entonces Miguel León.
La finalidad de la comunidad estuvo siempre orientada para el servicio de los más necesitados y principalmente el apoyo a la educación y formación de niños y niñas provenientes de lugares aledaños al barrio de Todos Santos.